"El coraje no es tener la fuerza para seguir... es seguir cuando no tienes fuerza" Napoleón Bonaparte.
Esta poderosa frase que nos regala el famoso estratega militar y auto emperador de Francia NAPOLEON BONAPARTE (1769 a 1821), nos pone de manifiesto las diferencias que existen entre LA FUERZA Y EL CORAJE. Este último es el Valor, la decisión y el apasionamiento con que enfrentamos algo especialmente un peligro o una dificultad. Mientras que la FUERZA es la capacidad física con que contamos para afrontar una situación difícil. Aunque una y otra parecen confundirse o significar lo mismo, la verdad es que son muy diferentes entre sí.
Aunque la FUERZA Y EL CORAJE tengan en común buscar una respuesta favorable a una necesidad, la forma y contenido de cada una es diferente, así aparentemente logren igual resultado.
No todos los que usan la fuerza tienen coraje, así como no quien actúa con coraje necesita de la fuerza, ya que este se apoya más en la RAZON.
El uso de la fuerza conlleva generar vulnerabilidad y sufrimiento en los contrarios, y su único objetivo es resolver pronto un problema o situación difícil, dando con esta acción por terminado el asunto, por lo regular el uso de la fuerza nos hace ser irracionales, llevándonos a NO medir las consecuencias que la acción de fuerza que utilicemos, genera en el contrario.
Cuando usamos nuestro CORAJE estamos en condiciones de evaluar el sufrimiento en el contrario, y esto nos permite buscar soluciones inteligentes, y aunque nos pudiéramos equivocar, siempre vale la pena correr el riesgo. Desde el coraje actuamos guiados a cuidar y a actuar compasivamente, a escuchar a nuestro corazón dejando atrás el EGO expresando lo que sentimos, y por supuesto actuando como verdaderos seres humanos.
El actuar con coraje no significa que seamos débiles o cobardes, todo lo contrario, este nos ayudara a establecer límites y conocer muy bien hasta donde podemos ceder, y una vez alcanzado este límite, no cederemos ni un milímetro, así nos llegue el agua al cuello. A veces una acción clara y firme es mucho más compasiva que una decisión basada en dudas o sospechas, ya que con estos solo se genera angustia y sufrimiento.
Escrito por Luis Emilio Rueda